¿Por qué en invierno el coche pierde potencia?

Algunos conductores han reportado que sus coches pierden potencia en invierno, que notan cómo, con la llegada del frío, sus vehículos se vuelven más «perezosos» a la hora de acelerar o aumentar la velocidad de marcha. ¿Esto a qué se debe?

Sin duda, la pérdida de potencia es un claro indicativo de que algo no va bien en el coche… Pero, ¿es culpa del invierno? Es decir ¿está relacionado el frío con la pérdida de potencia del coche? ¡Vamos a averiguarlo:

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¿Se produce una pérdida de potencia en el coche durante el invierno?

Pues lo cierto es que no… O, al menos, no que esté directamente relacionada con las bajas temperaturas propias de la época invernal. En cambio, el calor del verano sí que afecta negativamente a la potencia de nuestro vehículo,

Y es que todos los motores (tanto los de gasolina como los diésel, requieren introducir aire en los cilindros para quemar con el combustible y que, así, se produzca la combustión. Pues bien, en verano, cuando la temperatura es más elevada en el ambiente, el aire reduce sus niveles de oxígeno, por lo que la mezcla no se quema tan fácilmente y, a su vez, ello se traduce en un sensible pérdida de potencia en el motor, Pero, ojo, hablamos del calor del verano y no del frío del invierno…

Si mi coche pierde potencia en invierno ¿qué puede ser?

Ahora que ya hemos descartado la hipótesis de que el invierno está relacionado con la pérdida de potencia del coche, es el momento de conocer cuáles pueden ser las causas más plausibles para que se produzca dicho fenómeno:

Rozamiento excesivo

Si se produce esta circunstanvia, la pérdida de potencia del vehículo no se debe a una avería en el motor, sino a una fricción excesiva de algunos de sus componentes.

Frenos agarrotados

Este problema puede confundirse con una pérdida de potencia, puesto que el coche se desplaza más despacio. Sin embargo, se trata de algún pistón de las pinzas de los frenos que falla y no retrocede, por lo que la pastilla se mantiene cerrada en el disco. El coche, por tanto, aunque siga moviéndose, va con el freno aplicado en una de sus ruedas, lo que le impide desplegar todo su rendimiento.

Freno de mano demasiado tenso

Este problema es muy similar al caso anterior. Aquí, una excesiva tensión del freno de mano, puede estar ocasionando que las ruedas traseras se vean ligeramente bloquadas (incluso anque el freno de mano esté completamente bajado), lo que ralentizará la marcha del vehículo.

Embrague gastado

Con el uso (y con algunas malas prácticas), el embrague va perdiendo su capacidad de agarre, transmitiendo menos fuerza del motor a los ejes de las ruedas. Ello podría implicar la sensación de pérdida de potencia al conducir.

Rodamientos de ruedas deteriorados

Si los cojinetes de las ruedas no están en buenas condiciones, se disminuye notablmente el rendimiento del vehículo, pues las ruedas no pueden girar libremente.

Lubricación insuficiente

Una lubricación deficiente es la fuente de un sinfín de problemas en cualquier motor. En este caso, nos referimos a la pérdida de potencia que sufrirá el vehículo, por el rozamiento excesivo de los componentes del motor, al no estar correctamente lubricados, por lo que no podrán transmitir toda la potencia a las ruedas motrices.

Fallo en el encendido

Si una bujía no funciona correctamente, el encendido de la chispa necesario para que se produzca la combustión podría no producirse (o producirse con cierto retardo). Esta circunstancia provocaría un comportamiento errático del motor, que podría percibirse como una pérdida de potencia.

Válvulas que no funcionan

Como sabemos, las válvulas se encargan de cerrar los cilindros para que la combustión se produzca en una atmósfera estanca. Sin embargo, si las válvulas fallan, la combustíón (la explosión resultante de mezclar el combustible y el oxígeno del aire) no se realiza correctamente, y el coche perderá rendimiento.

Válvula pisada

Por «pisada» conocemos a una válvula mal equilibrada que, al girarse, no deja completamente cerrado el cilindro. El resultado es una fuga durante el proceso de combustión que provocará una pérdida de potencia en el motor.

Muelle de la válvula roto

Otro problema estrechamente ligado al anterior es la rotura del muelle de la vávula. Este ejerce de tensor para que la válvula se cierre correctamente. Si el muelle falla, también fallará la válvula a la hora de cerrar el cilindro por completo. Y ahí tendremos otra causa de pérdida de rendimiento.

Guía de las válvulas deteriorada

Como vemos, una cierre incompleto de las válvulas es uno de los motivos más recurrentes para la pérdida de potencia en una coche. Si el carril que sirve de guía a las válvulas está demasiado desgastado, también ocasionará que estas no se cierren correctamente.

Levas gastadas

Un desgaste excesivo en el árbol de levas hará que este no realice un correcto empuje sobre las válvulas, lo que podría derivas en que estas no se cierren del todo. Una vez más, esto se traduciría en una fuga en el cilindro al producirse la combustión y, por ende, una pérdida de rendimiento del vehículo.

Mezcla de combustible incorrecta

Tanto en motores diésel como de gasolina, la mezcla de combustible y aire debe estar perfectamente equilibrada para que la combustión sea la correcta. Una mezcla rica (demasiado combustible) dificultará la combustión y disparará el consumo. Mientras que una mezcla pobre (con un exceso de aire) ocasionará una pérdida de potencia y un considerable aumento en la temperatura del motor.

Pérdida de presión

Una fuga en el circuito de alimentación de combustible tendrá como consecuencia una mezcla pobre. Esto, a su vez, implica una pérdida de potencia, un aumento en la temperatura del motor y, en casos muy extremos, hasta un incendio en el motor.

Manguitos rotos

Si se produce un fisura en los manguitos, el resultado podría ser una cantidad de aire incorrecta que llega a la cámara de admisión. Eso afectaría al equilibrio de la mezcla y, por tanto, generaría diversos problemas de rendimiento.

Mariposa del acelerador estropeada

Esta pieza se encarga de dejar pasar el caudal de combustible a la cámara de combustión. Pero, claro está, si está estropeada y no se abre del todo, dicho caudal será insuficiente y provocará una mezcla incorrecta.

Filtros o inyectores sucios

La suciedad nunca es buena, pero es aún peor cuando se acumula en piezas tan importantes como los filtros (del aire o del combustible) o los inyectores. LA suciedad en esos componentes ocasionará una mezcla incorrecta.

Bomba sin tensión eléctrica

La bomba eléctrica es la que se encarga de conferir presión al circuito de gasolina para que el combustible llegue hasta el motor. Si sufre una pérdida de tensión, no podrá bombear la cantidad de combustible necesaria, originando la temida mezcla pobre.

Caudalímetro averiado

El caudalímetro es un componente que mide la cantidad de aire que entra a los cilindros. Una avería o un equilibrado incorrecto provocaría que la cantidad de aire que entra a los cilindros fuese incorrecta, ocasionando una mezcla con la proporción equivocada.

Fallo en el turbo

El turbo también es de esos componentes en los que, una avería puede provocar una notable pérdida de rendimiento. En este caso, debido a que un turbo estropeado no puede suministrar la cantidad de aire necesaria a los cilindros.

Centralita electrónica estropeada

La centralita electrónica es una especie de ordenador que llevan los coches actualmente, y que se encarga de supervisar y controlar el funcionamiento y los parámetros del resto de componentes del automóvil. Si la centralita falla, podría estar utilizando datos incorrectos, y provocando diversos fallos en el rendimiento del coche.

¿Has visto qué retahíla de averías pueden estar ocasionando una pérdida de potencia en tu coche? Estos datos demuestran lo importante que es llevar al día el mantenimineto de nuestro vehículo. Y es que más vale ir voluntariamente una vez al año al taller para una revisión a fondo de nuestro coche, que tener que ir «por obligación» cada dos por tres para reparar incidencias producidas por un mantenimineto negligente o deficiente. ¿No te parece?

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