Lo mismo que comentamos cuando explicamos por qué una moto en frío no arranca, y cómo solucionarlo, nos sirve en principio a la hora de explicar por qué una moto en frío se ahoga. No obstante, son dos circunstancias diferentes que requieren de precisiones por separado.
Cuando las temperaturas bajan por debajo de los 5ºC, aproximadamente, y nuestra moto queda expuesta a esas mínimas durante un tiempo considerable, es muy posible que al intentar arrancarla nos encontremos con ciertas dificultades.
Esa dificultad para arrancar se debe a cuestiones de pura química, al mermar la capacidad de reaccionar ante el impulso de energía de los electrolitos de la batería. Para intentar arrancar, debemos accionar el «starter» en pequeños golpes y sin acelerar, pues de lo contrario, llenaremos los conductos de gasolina y ahogaremos la moto.
Incluso cuando consigamos arrancar, es muy posible que ese exceso de gasolina se traduzca en algunos «atragantamientos» en la moto que requieran de unos segundos hasta que el todo fluya, y el motor empiece a carburar de forma normal.
Pero si hemos arrancado la moto sin acelerar y aún así se ahoga en un día de mucho frío, lo más probable es que se deba a la temperatura de la batería.
Los coches diésel incorporan un sistema de calentamiento de las partes del motor en el arranque, que permite sacar el máximo partido de la batería en los días de invierno. Pero ese sistema no existe en las motos, y una vez arrancada, la batería debe ir cogiendo temperatura poco a poco.
Consejos para que la moto no se ahogue al arrancar
Como acabamos de decir, una vez el motor está encendido, sin acelerar, debemos ser pacientes y esperar a que la moto se vaya calentando para evitar que dé tirones. Recomendamos actuar de la siguiente manera:
- Dejar la moto al ralentí en punto muerto, acelerando de vez en cuando muy suavemente, en un lugar ventilado.
- Esperar unos minutos (entre 2 y 5 minutos será suficiente) para que el motor se caliente.
- Sólo entonces, debemos iniciar la marcha suavemente, sin esforzar al motor al inicio, y poco a poco veremos cómo la moto va comportándose cada vez mejor, el motor va sonando de otra forma, e incluso las vibraciones que nos llegan son cada vez más suaves.
Si tenemos tiempo y una toma de corriente cerca de la moto, antes de arrancar la moto podemos cubrir el motor y la zona en la que se encuentra la batería con una manta térmica, y dejar que ésta actúe durante unos 20 minutos, hasta que la temperatura del motor suba lo suficiente como para normalizar tanto el arranque, como los primeros metros de conducción.
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